Entretenimiento exento de banalidad y lleno de genialidad. La magia del misticismo del número siete le sienta bien a Siete Psicópatas, el segundo largometraje del irlandés Martin McDonagh.
La realidad, espejo de la ficción
Uno de los aspectos más interesantes de Siete psicópatas son las incursiones incestuosas entre realidad y ficción. Marty (Colin Farrell) es un guionista en plena crisis creativa. Tiene el título de una película -homónimo a la de McDonagh-, pero le falta el cuerpo, es decir, los siete psicópatas. Poco a poco y con la inestimable ayuda de su amigo Billy (Sam Rockwell) -de pintorescas actividades profesionales de dudosa moralidad- irán dando forma a las imprecisas y vagas ideas del escritor. Así hasta que deciden -o mejor dicho, Billy decide- inspirarse en ejemplos reales para sacar a su amigo del estancamiento. A cualquier precio. Y en este momento los personajes cobran vida propia hasta sumergir a los amigos, acompañados de Hans, una legendaria figura hecha carne, en un
universo de tiros, mujeres y alcohol, aderezado por el secuestro de un peculiar perrito, Bonny, que derritiría a cualquier animalófobo. El director, que también es guionista de todos sus trabajos cinematográficos, parece moverse como pez en el agua en el tándem cine criminal/comedia, como ya hiciera en su cortometraje “Six Shooter” (2004) y Escondidos en Brujas (2008) , así como con Colin Farrell con el que ya trabajó en esta última.
Violencia para reírse
No hay piedad; no hay contención; no hay mesura. Aquí no se salva ni dios. Sangre, sudor y lágrimas deben sufrir los personajes cuyas vidas penden de un hilo en más de un momento su lenguaje, las balas (o las bengalas, si vienen al caso). Y sin embargo, son unos diálogos tan buenos, tan hilarantes, tan ajustados a los propósitos, que todo ello no invita más que a la risa y a la carcajada limpia. Entonces a uno le pueden asaltar dudas sobre la amoralidad de esa risa cuando en pantalla está viendo cómo le saltan a otro los sesos, o a aquél le están quemando a lo bonzo. Pero no hay de qué preocuparse: es el toque McDonagh.
Siete Psicópatas: Elogio de la amistad…masculina
Este film es también una reivindicación de la amistad; amistad masculina, si se quiere ser más preciso, porque las mujeres quedan muy apartadas y encuadradas en el tópico mujer lícita (Abbie Cornish caracterizada como “Kaya”)/ ilícita (Olga Kurylenko como “Angela”). Claramente no superaría el test de Bechdel, aquél que analiza la representación cómo debería ser una representación digna de los personajes femeninos a través de unas sencillas pautas. Dejando aparte estas consideraciones, el trío Marty-Billy-Hans, como encarnación de la prudencia, la locura y la sabiduría respectivamente, es una apología sincera y sin pretensiones del amor de camaradería, como ya mostrara John Schlesinger en Cowboy de medianoche (1969). En esta idea se enmarca “The first cut is the deepest”, una canción escrita por Cat Stevens en 1967, uno de los temas de la columna vertebral de la banda sonora. Tom Waits, el famoso cantautor estadounidense, si bien tiene un pequeño papel interpretando al sexto psicópata, Zachariah, que no se separa de un conejo al que ha adoptado como mascota, y que le hace seria compentencia al can Bonny en mimos del público, no canta para esta película. “Angel of Death”, por su parte, le aporta nostalgia country a un film que al que lo ve, le alegra el día.
P.P. Arnold- The first cup is the deepest
Hank Williams-Angel of the death
http://youtu.be/EMs1QVW_yjk
Frases destacadas
Bill a Marty y Hans hablando sobre el guión de la película del primero: ¿Una película de tíos que sólo hablan?, ¿¿sin tiros, ni armas ni violencia??, ¿¿¿es que acaso hacemos ahora películas francesas???
Bill: Lo llevas en la sangre: Los españoles tienen los toros; los franceses, el queso; y los irlandeses, el alcoholismo
Zachariah: Entonces fue cuando se nos ocurrió la idea. / Marty: ¿Qué idea?
Zachariah: Ir por el país asesinando a los que asesinan por todo el país
Marty: ¡¿La he llamado puta zorra?! ¡Yo nunca llamaría puta zorra a Kaya! Al menos a la cara…
Zachariah: Iré a matarte el martes. / Martey: Sí me viene bien. No tengo nada que hacer el martes.
Bill: ¿Te has preguntado alguna vez por qué te acuestas con un psicópata?
Bill a Marty: Para ser un pacifista, ha sido un puñetazo muy bueno
La prostituta al vietnamita vestido de cura, personajes del guión de Marty: ¿Hacemos el amor o prefieres una conversación inteligente? Últimamente me estoy leyendo a Chomsky y no sabes la de cosas de las que me estoy enterando
